Intersecciones en Comunicación 13 (1)  2019 - ISSN-e 2250-4184 - Copyright © Facultad de Ciencias Sociales - UNCPBA - Argentina

PRÁCTICAS DE APROPIACIÓN Y USOS DE TIC DE JÓVENES ESTUDIANTES DE COMUNICACIÓN Y PERIODISMO EN FACSO UNICEN

Exequiel Alonso • Becario doctoral, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) Núcleo Estudios de Comunicación y Cultura en Olavarría- Centro Asociado de la CIC PBA- Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (ECCO- FACSO - UNICEN).E-mail: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Recibido: 21/06/19 - Aceptado: 12/08/2019

RESUMEN

El mayor acceso a diferentes Tecnologías de la Información y la Comunicación en el ámbito de la Universidad ha contribuido a modificar prácticas y modos de participar en las actividades académicas por parte de los estudiantes. El artículo se propone analizar las diferentes prácticas de apropiación de las TIC en la Facultad de Ciencias Sociales de UNICEN en el período 2016-2017. Para ello se identifican las prácticas de uso y se analizan los significados y valores atribuidos a las mismas, en particular aquellas relacionadas con el modo de establecer relaciones sociales, construir conocimientos y participar en la vida institucional. La metodología de investigación es de tipo cualitativa, con técnicas de recolección y producción de datos, tales como: entrevistas, observaciones y análisis de documentos. En las conclusiones se afirma que las prácticas mediadas por TIC, en el contexto particular de la investigación, posibilitan a los estudiantes construir nuevos aprendizajes, sostener relaciones sociales que favorecen la permanencia en el trayecto formativo y organizarse entre pares para participar en la vida institucional.

Palabras claves: TIC; Uso y Apropiación; Jóvenes; Prácticas sociales; FACSO-UNICEN.

ABSTRACT

APPROPRIATION PRACTICES AND ICT USES OF YOUNG COMMUNICATION AND JOURNALISM STUDENTS IN FACSO UNICEN. The greater access to different Information and Communication Technologies in the field of the University has contributed to modify practices and ways of participating in academic activities by students. The article intends to analyze the different practices of appropriation of ICT in the Faculty of Sciences Social of UNICEN in the period 2016-2017. For this, the practices of use are identified and the meanings and values attributed to them are analyzed, in particular those related to the way of establishing social relations, building knowledge and participating in institutional life. The research methodology is qualitative, with data collection and production techniques, such as: interviews, observations and document analysis. The conclusions state that ICT-mediated practices, in the particular context of research, allow students to build new learning, sustain social relationships that favor permanence in the university and organize among peers to participate in institutional life.

Keywords: ICT; Use and appropriation; Young people; Social practices; FACSO – UNICEN.

INTRODUCCIÓN

El problema de investigación que planteamos es cómo los estudiantes universitarios de las carreras de la Licenciatura en Comunicación Social y Licenciatura en Periodismo de la Facultad de Ciencias Sociales de Olavarría usan y se apropian de Tecnologías de la Información y la Comunicación en el marco de su trayectoria universitaria, en el período comprendido entre octubre de 2016 y octubre de 2017. Para ello se proponen como objetivos a) identificar las prácticas de uso y apropiación de las TIC y b) analizar los significados y valores atribuidos a las mismas, en particular aquellas relacionadas con el modo de establecer relaciones sociales, construir conocimientos y participar en la vida institucional.

Vivimos un contexto particular en el cual la revolución de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) atraviesan los diferentes ámbitos de la vida en sociedad: en el plano de la política, el trabajo, las finanzas, el periodismo y la educación, entre otros. Estas condiciones sociohistóricas nos permiten reflexionar sobre diferentes modos en los cuáles el acceso a la información, la convergencia de pantallas y la configuración de un ecosistema de medios dinámico y cambiante (Scolari 2015) suponen cambios estructurales e irreversibles que modifican prácticas y hábitos culturales, modos de relacionarnos, memorizar, trabajar, estudiar, participar y pensar (Serrés 2014).

En el contexto global que presentamos, sostiene el investigador Leonardo Murolo que: “en esta economía basada en el conocimiento, pertenecer al mundo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación ya no es una elección instrumental, sino que determina la propia configuración como recursos humanos deseables” (2014: 27). Por tal motivo, consideramos necesaria la pregunta por las prácticas de apropiación de las TIC, desde una perspectiva que reflexione, además del acceso y del uso, sobre los significados, motivaciones, representaciones y juicios de la incorporación de las tecnologías en la cotidianidad de las prácticas académicas, tanto en su dimensión práctica como en su dimensión simbólica, en contexto sociales de aprendizaje y con objetivos particulares de acuerdo con los proyectos individuales y colectivos de los estudiantes, sin perder de vista la dimensión política de estas prácticas cotidianas con TIC (Winocur 2009; Morales 2009; Crovi Druetta 2008; Lagos Martínez et al 2017).

ACERCA DE LAS APROPIACIONES TECNOLÓGICAS

Respecto a cómo volvemos un artefacto de la cultura parte de nuestras prácticas habituales, recupero los aportes de Michel De Certeau (1996) quien problematiza la noción de usos, en tanto acciones que tienen su propia forma y organizan las maneras de consumir.

Las instituciones y quienes crean las tecnologías definen estrategias de uso de los productos y frente a esto los usuarios pueden contraponer tácticas, es decir: rechazar, transformar o subvertir “desde dentro” los propósitos iniciales para los cuáles una determinada TIC fue creada.

En continuidad con esta perspectiva teórica, entendemos por uso de las TIC a las prácticas y ejercicios habituales y recurrentes que involucran a las mismas y posibilitan la modificación de esquemas mentales, que permiten aprender y desarrollar habilidades no solo para dominar las funcionalidades de la herramienta sino para comprender el protocolo de prácticas culturales asociadas a la utilización de estas tecnologías (Crovi Druetta 2008).

Conocer los múltiples usos de una TIC en particular, identificarlos y clasificarlos, nos permite comenzar a delimitar preferencias y modos generales de interacción con el artefacto y los contextos en los cuales se da la interacción. Aunque poco nos dicen los diferentes usos de para qué, con qué significados y cómo se utilizan las TIC, son el indicio para investigar prácticas de apropiación. También, para poner en evidencia que el acceso a las TIC, entendido como la posibilidad de interactuar con una tecnología en particular de manera sistemática, no garantiza las prácticas habituales y recurrentes con las mismas.

Me parecen centrales los aportes, desde una perspectiva sociocultural, de la investigadora mexicana Judith Kalman (2003) en su trabajo “El acceso a la cultura escrita: la participación social y la apropiación de conocimientos en eventos cotidianos de lectura y escritura”, quién sostiene respecto a las prácticas de leer y escribir, pero bien valen para aquellas relacionadas con TIC, que el acceso a la cultura escrita es un proceso social que implica necesariamente la interacción con otros individuos para aprender a leer y escribir.

La alfabetización, sostiene esta autora, es más que el aprendizaje mecánico de una técnica, sino que es un modo de participar en la vida social: “alfabetizarse significa aprender a manejar el lenguaje escrito de manera deliberada e intencional para participar en eventos culturalmente valorados y relacionarse con otros” (Kalman 2003: 39). Por tal razón, Kalman, distingue entre “las condiciones materiales para la práctica de la lectura y la escritura -la disponibilidad de la cultura escrita- y las condiciones sociales para hacer uso y apropiarse de ellas -el acceso a la cultura escrita” (2003: 39).

Cuando en el presente artículo hacemos referencia a uso de las TIC entendemos que hubo condiciones materiales (disponibilidadque favorecieron condiciones sociales (acceso), es decir, oportunidades para usar esas tecnologías en diferentes contextos de interacción, formales e informales, que hacen posible la apropiaciónentendida por Kalman como “una respuesta del sujeto a la interacción social y no una reproducción mecánica de ella: es el producto de una mente activa que reconstruye y significa los eventos desde la posición y la historia subjetiva” (2003: 46).

También desde una perspectiva sociocultural, Delia Crovi Druetta (2013), sostiene que los primeros aportes sobre el concepto de apropiación lo debemos buscar en los postulados de Vytgoski y Leontiév, más precisamente en el concepto de interiorización, como un proceso de autoconstrucción y reconstrucción psíquica, que no consiste en transferir una actividad externa a un plano interno preexistente, sino que son procesos mediante los cuales el plano interior se transforma (Crovi Druetta 2013: 12).

Para investigar procesos de apropiación, Susana Morales (2017), propone pensar prácticas concretas de apropiación de los sujetos, es decir, un conjunto de actividades a través de los cuáles los mismos expresan su vínculo con las tecnologías, de aquí que dichas prácticas no sólo puedan ser comprendidas sino que además nos permitan comprender el mundo del que formamos parte. Para Morales es posible hablar de apropiación:

Como aquellas prácticas a través de las cuales los sujetos, como fruto de procesos de reflexividad explícitos o implícitos emprenden una tarea de elucidación acerca de su propio vínculo con las tecnologías y lo que ellas representan en la sociedad (...) El uso de las tecnologías se vuelve entonces una actividad lúcida en la que los actores sociales las adoptan y adaptan, con mayores o menores niveles de creatividad y aprovechando el potencial de la interactividad que ellas posibilitan, para la concreción de proyectos de autonomía individual y colectiva. (Morales 2017: 40)

En relación a estas ideas y para el presente artículo, considero que existen prácticas de apropiación cuándo los estudiantes logran un uso reflexivo de las TIC y las adaptan a sus propósitos universitarios, en contextos individuales y colectivos, que les posibilitan aprender las funcionalidades de los artefactos para resolver necesidades concretas y construir significados en relación a las decisiones que toman al momento de elegir y usar, de múltiples formas, esas tecnologías.

ABORDAJE METODOLÓGICO

Este artículo surge como producto de una tesis final de grado para obtener el título de Licenciado en Comunicación Social. Además de la necesidad de completar mis estudios, otras decisiones incidieron en la presente investigación: mi trayectoria militante en el Centro de Estudiantes donde me preocupé por mejorar las condiciones académicas de los estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales (FACSO); la factibilidad para realizar el trabajo de campo; la posibilidad de realizar un aporte a la institución que me educó y el vínculo con docentes e investigadores con los que compartí trabajo en la Línea de Investigación “Mediaciones Tecnológicas y Comunicación Digital” del Grupo “Estudios de Comunicación y Cultura en Olavarría”.

La FACSO integra el conjunto de unidades académicas de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, que tiene sede en las localidades de Olavarría, Tandil, Azul y Quequén. En la actualidad ofrece seis carreras de grado, dos diplomaturas y dos carreras de posgrado. Cuenta con aproximadamente 120 ingresantes nuevos por año, provenientes de Olavarría y la zona: Azul, Bolívar, Saladillo, General Lamadrid, Laprida, Mar del Plata, Tapalqué, Bahía Blanca, Chillar, entre otras.

Para la investigación realizada consideré como unidad de análisis a los jóvenes estudiantes universitarios que cursan la carrera de Periodismo y la Carrera de Comunicación social. Interesan a los fines analíticos sus prácticas y registros materiales y simbólicos.

Me parece importante explicitar que asumo la categoría “joven” no desde la edad de los mismos, ya que sostengo junto a Bourdieu qué hablar de jóvenes como una “unidad social, de un grupo construido, que posee intereses comunes, y referir estos intereses a una edad definida biológicamente constituye en sí una manipulación evidente” (2002: 165). En esta línea Rossana Reguillo (2000), afirma que la juventud, tal como hoy la concebimos en Argentina y Latinoamérica, es una “invención de la posguerra, cuando surge un nuevo orden internacional que otorga derechos a niños y jóvenes al mismo tiempo que los hace sujetos de consumo” (p. 4). En este sentido los sujetos jóvenes en tanto actores sociales asumen diferentes roles, entre ellos estudiantes universitarios.

En cuanto a la categoría empírica que fue utilizada para analizar las prácticas de uso y apropiación, agrupe bajo el concepto de prácticas académicas al conjunto de actividades y ejercicios que posibilitan la construcción de conocimientos disciplinares curriculares y están inscriptos en el ámbito de la Facultad. Además se comprende, como sub-categorías: usos de las TIC para aprender, conformar grupos de estudios, organizar horarios de cursadas, informarse sobre cuestiones relacionadas a las cátedras y el trabajo propuestos por las mismas, preparación de exámenes, vínculos con docentes por motivaciones académicas, conocimientos sobre software hardware necesario para aprender contenidos curriculares a propuesta de docentes de cátedra. Las categorías de análisis me permitieron identificar en las prácticas con TIC las categorías empíricas: “Usos y prácticas”, “Tecnologías asociadas”, “Valoración de la tecnología”, “Motivación para el uso”, “Conocimientos y habilidades” y “Condiciones de apropiación”.

Por “usos y prácticas” entiendo usos habituales de las TIC, más allá de la dimensión instrumental sino como momentos y espacios, relaciones, intereses, motivaciones, tareas y objetivos. Con “Tecnologías asociadas” me refiero a hardware y software identificados, por ejemplo: celular, computadora, redes sociales, aplicaciones. Por “Valoración de la tecnología” entiendo los juicios de valor acerca del buen y mal uso; de lo que está bien o mal hacer con las TIC; a la indiferencia o importancia asignada a las prácticas. Con “Motivación para el uso” me refiero a los sentidos, intereses y significados que vinculan el uso de las TIC a las decisiones que fundamentan su utilización. Cuándo hablo de “Conocimientos y habilidades” me refiero al conocimiento o desconocimiento para manipular, comprender y favorecer nuevas competencias relacionadas al uso de las TIC. Finalmente, por “Condiciones de apropiación” entiendo siguiendo a Morales (2017) aquellas prácticas en las cuales los sujetos pueden identificar su vínculo con las tecnologías y utilizarlas en favor de sus proyectos de autonomía individual y colectiva.

El proceso de recolección comenzó en marzo de 2017 con la realización de observaciones y entrevistas semi estructuradas. Al momento de seleccionar a los entrevistados se implementó la técnica conocida como “bola de nieve”, es decir, los estudiantes fueron elegidos no de manera directa o por el vínculo con el investigador sino que “se identificaron los casos de interés a partir de alguien que conocía a alguien que podía resultar un buen candidato para participar” (Martínez- Salgado 2012: 616).

En relación a la cantidad de entrevistas y participantes, se realizaron siete encuentros, todos en la Facultad de Ciencias Sociales, de los cuáles sólo uno incluyó a más de un participante, seis para ser preciso. Esta fue la única entrevista grupal, que tuvo la intención de generar algunos intercambios a partir de las respuestas que los estudiantes brindaban sobre un mismo cuestionario de preguntas.

Como complemento de las entrevistas realizadas se llevaron adelante diferentes observaciones del entorno, tanto en los espacios de la FACSO (mediado físicamente) como virtuales (redes sociales y sitios web), en los cuales los estudiantes universitarios interactúan haciendo uso de alguna tecnología de la información y la comunicación.

Para el procesamiento de los datos recabados en entrevistas se utilizó el Software NVIVO Pro 11, específicamente se cargaron al programa las desgrabaciones de los testimonios recolectados y se utilizó el potencial de esta herramienta para codificar los diferentes fragmentos de entrevistas de acuerdo con las categorías anunciadas es este apartado.

PRÁCTICAS DE APROPIACIÓN Y CONSTRUCCIÓN
DE SENTIDOS EN TORNO A LAS TIC

A continuación presentaremos seis escenarios en los cuales se mencionarán diferentes usos de las TIC y prácticas y sentidos de los estudiantes sobre esos usos, que implican diferentes modos de apropiarse de estas tecnologías, de acuerdo a la definición que presentamos previamente.

1 - Las prácticas académicas: compartidas, colectivas y en conexión permanente

Los estudiantes universitarios ejercen un control del tiempo y los espacios que transitan por medio del uso de diferentes tecnologías que les permiten relacionarse con compañeros decursada para decidir en qué momento salir hacia la universidad, preguntar si ya están en el aula de clases, fijar puntos de encuentro en la facultad previo a un evento, entre otras. El servicio de mensajería Whatsapp es consultado permanentemente antes, durante y después del desarrollo de actividades asociadas a la vida universitaria. Un estudiante expresa: “Sin Whatsapp seria cualquier cosa. Antes de entregar un trabajo o algo nos mandamos un mensaje y nos juntamos en tal lado para revisarlo” (Alexis, comunicación personal, 2017).1

Esta comunicación permanente entre estudiantes, y circunstancialmente docentes, revela una característica fundamental de la inscripción de los jóvenes a las prácticas universitarias: es un hecho colectivo, compartido y requiere del encuentro (offline-online) con otros.

2- “Que la gente sepa que estoy estudiando”: las redes sociales como registro y exposición de las prácticas académicas.

La universidad ocupa para los estudiantes un rol central en la organización de sus vidas, los involucra en diferentes actividades académicas, deportivas, culturales y de socialización con pares. Se conforman así redes de relaciones y actividades que tienen una expresión directa en lo que comparten en el mundo virtual, como un continuum de información que se retroalimenta en los pasillos de la facultad y en los grupos virtuales de igual manera. Por eso mencionamos la importancia que le asignan los estudiantes a compartir aquello que se hace, se dice y se proyecta en la universidad.

Por eso cuando están preparando un final, reunidos en un grupo de clases, llegando a un entrenamiento deportivo o participando de una movilización política o solo leyendo para la próxima clase, las redes sociales reflejan esas prácticas: “comparto para que la gente sepa que estoy estudiando. Para mostrar lo que hago” (Mariana, comunicación personal, 2017) similar a su compañera: “subo a las redes porque me aburro leyendo. Para que mi papá vea que no soy una larva” (Josefina, comunicación personal, 2017).

3- La Universidad 24/7: el uso de las TIC para aprender y la necesidad de construir nuevos conocimientos

Cuándo les pregunté a los entrevistados sí utilizaban tecnologías como soporte de sus prácticas de aprendizaje, en todos los casos la respuesta fue afirmativa, y en algunos, además identificaron: “La computadora es la fuente en la cual haces todos los trabajos y el estudio. Yo vinculo el teléfono con el Gmail que es lo que uso, y cualquier información de la facultad o del trabajo te llega ahí” (Juan Ignacio, comunicación personal, 2017).

En algunas ocasiones los grupos de Whatsapp se vuelven entornos virtuales de enseñanza y aprendizaje, donde se intercambian audios con resúmenes de los textos, preguntas sobre algún autor, apuntes o materiales que ayudan a la comprensión. Es frecuente para los estudiantes consultar las dudas a un par o al docente, por medio de un mensaje en Whatsapp o Facebook y en el momento que surge la dificultad, antes que esperar a llegar a la Facultad y encontrarse presencialmente con el profesor en un box o en la clase: “Uso mucho Google para buscar información para la Facultad y Whatsapp, ahí tengo muchos grupos de la facultad porque hoy en día es la aplicación que más usamos” (Facundo, comunicación personal, 2017).

Los estudiantes valoran especialmente la posibilidad tecnológica de acceder al instante a la información relacionada a las materias que cursan, desde múltiples dispositivos y en cualquier momento y lugar. Un punto importante, que surgió de manera recurrente en las entrevistas, son las dificultades con las que se encuentran los estudiantes al momento de incluir un programa informático o canal de comunicación que no utilizaban previamente, por ejemplo acostumbrarse a revisar el correo electrónico o aprender a trabajar de manera colaborativa en documentos de Google Drive: “Lo empecé a usar, porque si se te apagaba la maquina perdías todo el Word. Y el uso del mail. Nosotros no usábamos tanto eso acá, cuando empecé a venir a la facultad es todo por mail” (Alexis, comunicación personal, 2017).

Esto implica una serie de habilidades que incluyen la manipulación de archivos digitales, su registro, edición y posibilidad de compartirlo. Habilidades que en algunos casos son aprendidas en espacios informales como el hogar, el cibercafé o las casas de los amigos. En otros casos, los programas informáticos, los recursos digitales y las herramientas de la Web 2.0 que las cátedras ponen como requisito de uso para la aprobación (por ejemplo realizar un Prezi, completar un Padlet o armar un Formulario en Google Drive), obligan a los estudiantes el aprendizaje de TIC antes desconocidas y sus códigos de uso específicos: “Hace poquito empezamos a usar Drive para la cátedra de radio. Son cosas que hasta el día de hoy por ejemplo mucho no lo entiendo. Tengo que pedir ayuda de algún amigo para que me ayude a subir los audios” (Facundo, comunicación personal, 2017).

4- Las prácticas académicas se fortalecen con vínculos entre pares, confianza y grupos en redes sociales.

Los estudiantes adaptan las TIC que conocen para otros fines, por ejemplo la gestión de su formación académica. El grupo en la red social Facebook o en el servicio de mensajería Whatsapp no sólo es utilizado para compartir información y conocimientos, sino que además les permite organizar las prácticas de cursadas: agenda de eventos, recordatorios y aviso de los profesores que faltan. También, compartir allí sentidos sobre su propio trayecto universitario: temores, desafíos, debates y acuerdos que generan lazos de confianza que les ayudan a permanecer y superar los obstáculos que se presentan. Una estudiante entrevistada sostiene: “Grupos de Whatsapp tengo muchísimos, siempre me agregan a algún grupo diferente que es o del centro de estudiantes o de algún viaje, esas cosas (Leonela, comunicación personal, 2017) y además otro estudiante valora: “Los grupos son esenciales. Porque siempre hay algo que te vas a enterar: que no viene un profesor, una fotocopia, el parcial que se pasó. Y también fuera de lo que es la facultad, alguna que otra joda” (Alexis, comunicación personal, 2017).

Los estudiantes entrevistados acuerdan que no todos los grupos son iguales ni se comparten los mismos contenidos, podría decir que hay al menos tres tipos de agrupamiento:

  • De cátedra o trabajos a término. Una vez que finaliza la cursada o se entrega el deber se desintegra el grupo en la red social.
  • De estudio permanente. Lo comparten estudiantes que cursan las mismas materias y las preparan juntos.
  • De amigos de la universidad. Pueden o no coincidir la cursada de la misma materia, son estudiantes que ingresaron juntos o se unieron en algún momento por vínculos que exceden lo meramente académico.

Esta distinción tácita sobre el tipo de grupo al cual pertenecen modifica las maneras de hacer uso y apropiarse de los espacios virtuales, es decir, hay una conciencia acabada de los “códigos” compartidos. Los comportamientos y criterios sobre lo “adecuado” o “inadecuado” se hace norma implícita y repercute en los contenidos que se comparten, el lenguaje que se utiliza, las cuestiones personales que se exponen y los temas que se debaten. De la misma manera en algunos grupos seda por sobreentendido que no todo lo que circula como información en el entorno virtual puede ser divulgado.

5- “El celular es más ordenado que el cuadernillo”: la irrupción de los dispositivos móviles en el aula.

En las diferentes instancias de observación pude notar cómo los dispositivos móviles forman parte de los “útiles” que se llevan a la clase, y sin resistencias de los docentes (quienes han naturalizado su uso y la posible disputa en la atención/ concentración que el mismo supone) los jóvenes lo consultan varias veces en el transcurso de las horas cátedras que comparten: “Los traemos al aula y tomamos apuntes. Incluso porque es más ordenado que el cuadernillo: los resúmenes yo los armo por materia y listo, pongo la fecha de cada día y chau” (Juan Ignacio, comunicación personal, 2017).

Podríamos afirmar que existen motivos por los cuáles la presencia de estas TIC son elegidas por los estudiantes en sus prácticas académicas: velocidad de respuesta, convergencia de dispositivos, portabilidad, conexión a internet y variedad de aplicaciones con funciones personalizables, por ejemplo para acceder a la bibliografía básica de estudio: “Una de las herramientas tecnológicas es el Rastrojero,2 toda fotocopia que necesites está ahí: digitalizada y con descarga libre y gratuita” (Alexis, comunicación personal, 2017).

El uso del celular en el aula implica también el riesgo permanente de la desconcentración y la dispersión en las tareas propuestas por los docentes. Sin embargo, al momento de realizar las entrevistas y de observar las clases en la FACSO UNICEN, ni docentes ni estudiantes manifestaron el uso de dispositivos móviles en las clases como un problema, por el contrario, se valora la potencialidad de los mismos de facilitar el acceso a la información y la bibliografía de manera instantánea.

6- Los salones de clases universitarios se reconfiguran a la luz de las tecnologías disponible: el pizarrón, la tiza, la voz y el celular.

En las diferentes instancias de observación pude ver como las prácticas de los estudiantes recuperan las maneras en las que se dan clases y las adaptan e integran a las tecnologías que utilizan: las exposiciones de los docentes son grabadas con celulares; los apuntes escritos en el pizarrón por el docente son capturados con las cámaras de los celulares y circulan en grupos de Whatsapp; los apuntes se leen en papel pero también desde computadoras y celulares con acceso a la biblioteca de apuntes digitalizados, denominado “Rastrojero digital”; los comentarios respecto a la clase se comparten en tiempo real en las redes sociales, allí se expresan desde ideas, opiniones, estados de ánimos hasta juicios de valor sobre la exposición del docente; las presentaciones en Power Point son capturadas para compartirse en espacios virtuales; los trabajos prácticos en clases, aun cuando los grupos comparten espacio físico, se inician en documentos compartidos en Google Drive yse trabajan desde diferentes dispositivos, conectados a la nube, que permiten la continuidad del trabajo en el hogar, sin la necesidad de juntarse para completar la tarea; la información se busca en los celulares, en tiempo real, a la par de que el docente expone su clase; las actividades en el aula virtual de la FACSO, “Sociales virtual”, es proyectada en la clásica pizarra y desde ahí se recuperan los deberes realizados o los contenidos a trabajar; la conexión a internet fluye desde los propios dispositivos desde los estudiantes o el docente, para “compartir los datos” de las señales 3G o 4G cuando la conexión WIFI de la Facultad de Ciencias Sociales no anda bien.

Es importante destacar que lo que acontece en la presencialidad, sea en el salón de clases, los pasillos, la fotocopiadora o el espacio físico del centro de estudiantes se complementa y vincula con lo que se publica en las redes sociales, los grupos de Whatsapp y otros canales de comunicación digital. La vida universitaria es percibida como un continuum espacial y temporal en donde nada comienza ni termina en el salón de clases. Por el contrario: previo, durante y después de una clase, los intercambios continúan en la virtualidad, tanto entre pares como con los docentes.3

APROXIMACIONES FINALES Y NUEVAS PREGUNTAS

Los objetivos que nos propusimos fueron identificar las prácticas de uso y apropiación de las TIC y analizar los significados y valores atribuidos a las mismas, para ello presentamos seis escenarios que nos permitieron analizar cómo los estudiantes, a partir de diferentes usos de las TIC, logran apropiarse de las condiciones que les posibilitan llevar adelante sus prácticas académicas y permanecer estudiando.

Luego del análisis presentado, podemos afirmar que el uso de la tecnología no implica solo dominar funciones técnicas, sino que los estudiantes han relacionado diferentes usos con situaciones, personas, contextos, necesidades y problemáticas. Es decir, construyen nuevos significados y conocimientos a partir de la adopción de esas tecnologías a sus prácticas que les permiten interiorizar sistemas semióticos, conceptos y estructuras simbólicas junto con regímenes de prácticas sociales y culturales asociados. Al entrevistarlos, los estudiantes pueden reflexionar su vínculo con las TIC y ponerlo en relación con el contexto social del que forman parte y con sus proyectos como estudiantes universitarios, individuales y colectivos.

De acuerdo a sus necesidades, que en buena medida tienen que ver con la permanencia en el trayecto formativo, la finalización de las carreras que están cursando y su inserción pronta al mercado laboral, las prácticas con las TIC les permiten reforzar su pertenencia a los grupos que conforman, sostener vínculos y relaciones con compañeros y docentes, poner en práctica los contenidos aprendidos en las cátedras y al revés, reutilizar los conocimientos aprendidos informalmente en los trabajos prácticos de las materias.

Son esas prácticas de apropiación las que moldean nuevos códigos, compartidos, de uso del lenguaje y de los dispositivos que conforman una cultura institucional cuyo vínculo con las tecnologías no puede desconocerse. No sólo porque la digitalización de cada una de las áreas de la FACSO ya es una realidad, sino porque aparecen demandas genuinas por parte de los estudiantes respecto a mayor y mejor infraestructura tecnológica, formación en el uso de esas tecnologías y nuevas maneras de comunicar lo que sucede. Esta conciencia que los jóvenes establecen respecto al vínculo que tienen con las TIC, no se hace explícita ni es evidente, hasta que se interroga y son, los propios estudiantes, quienes pueden pensar sus prácticas y reflexionar sobre las condiciones en las que acceden, usan y adaptan a sus propósitos universitarios dichas tecnologías.

Considero que el aporte de este trabajo está dado por el análisis situado de las condiciones de apropiación de las TIC, en un contexto particular, como es la Facultad de Ciencias Sociales de Olavarría. El enfoque comunicacional me permitió centrar el análisis tanto en las condiciones materiales como en la participación de los sujetos en la configuración de las prácticas de apropiación y uso

Finalmente, quiero recuperar algunas ideas que tomo para proyectarlas en futuras investigaciones. Algunas de las preguntas que considero pendientes son: ¿pueden los periodistas y comunicadores afrontar un mercado laboral cada vez más competitivo si no adquieren habilidades en el uso de las tecnologías? ¿En qué medida esto está contemplado por las instituciones que los forman? ¿Qué saberes y habilidades se aprenden por fuera de los espacios académicos universitarios? ¿Basta solo con saber usar las tecnologías o es necesario apropiarse de ellas, en términos de fijar posiciones críticas, adaptarlas a propósitos particulares y proponer usos innovadores o creativos? Respecto a esta última pregunta, uno de los desafíos que comparto con investigadores relacionados a esta temática es dotar de mayor precisión el concepto de apropiación, incluso para luego poder revisarlo, modificarlo o reemplazarlo. En la medida en que haya mayores acuerdos sobre qué entendemos por apropiación podremos aproximar nuevos modelos metodológicos para abordar un fenómeno que involucra diferentes dimensiones: comunicativa, tecnológica, educativa, social, económica y política.

En particular la dimensión económica y política de la apropiación nos pueden acercar a problematizar las condiciones de desigualdad en el acceso, uso y condiciones que tienen los sujetos para adaptar una tecnología a sus propósitos a partir de la incorporación de las mismas en sus prácticas cotidianas, la comprensión y conocimiento de su utilización, la posibilidad de adaptar, modificar y crear nuevos usos a partir de la reflexión sobre las implicancias sociales y culturales de la misma.

Por lo antes expuesto, sería necesario continuar indagando en esta línea de reflexión que no busca adaptar las innovaciones del mercado a ciudadanos-clientes, en el marco de un capitalismo informático voraz, sino que recupera las necesidades de las personas para pensar en los usos desiguales de las tecnologías, con todas las brechas digitales por superar. Es decir, sería necesario continuar pensando en estrategias de alfabetización tecnológica en la Universidad que logren: evidenciar las tensiones entre quienes buscan formar ciudadanos reflexivos en el uso de las TIC y quienes esperan expertos en las mismas de acuerdo a las lógicas de formación de las corporaciones tecnológicas; evidenciar las desigualdades estructurales en el acceso, uso y apropiación de las TIC con una mirada situada y contextual del fenómeno; desarrollar las competencias necesarias para la inserción en el mercado laboral desde un abordaje reflexivo y crítico respecto de esas condiciones y, finalmente, problematizar la idea de “neutralidad” de las TIC que generan la violación sistemática a la privacidad de las personas con fines comerciales y políticos partidarios.

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Srnicek, N.

2018. Capitalismo de plataformas. Caja negra. Buenos Aires.

Winocur, R.

2009. Robinson Crusoe ya tiene celular. Siglo XXI. México.

Zuazo, N.

2018. Los dueños de internet: Cómo nos dominan los gigantes de la tecnología y qué hacer para cambiarlo. DEBATE. Buenos Aires.

NOTAS

1.- Los nombres utilizados son ficticios a los fines de preservar la identidad de los entrevistados.

2.- Se refiere al Programa “Rastrojero Digital” implementado por el Centro de Estudiantes en el año 2013 que consistió en la digitalización de toda la bibliografía de todas las carreras y la posterior subida a un sitio de descarga libre y gratuita.

3.- Cuándo fueron recabados los datos que presentamos aún no estaba en pleno funcionamiento el sistema de aulas virtuales, como complemento de las cátedras presenciales. Por lo que esta continuidad del trabajo áulico en entornos mediados por las tecnologías ya se ha institucionalizado en un espacio concreto que es el Campus “Sociales Virtual” de la FACSO-UNICEN donde estudiantes y docentes confluyen e interactúan en aulas virtuales.

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